Este fin de semana
nos vamos de boda aunque esta vez no iremos todos. Tras los últimos meses ella
se ve más vencida por la enfermedad y quienes la queremos hemos decidido que lo
mejor será no asistir.
Al último enlace
que fue tuvo lugar hace algo más de un año y medio y, en esa ocasión, aunque su
memoria fallaba ella tenía ganas de arreglase, aguantaba en la calle, le
gustaba arreglarse y le apetecía salir. Ahora todo ha cambiado; prácticamente
no puede caminar, no aguanta de pie mucho tiempo, tampoco le apetece acicalarse
y se siente desubicada cuando hay mucha gente alrededor.
Es más, como ya os
he comentado anteriormente, ella es muy religiosa y para ella ir a la iglesia siempre
ha sido como un relajante. En misa se relaja, se calma. Sin embargo, últimamente
si está nerviosa su estado no cambia en la casa del Señor aunque sigue
queriendo ir cada día, cada hora, cada minuto.
Esta será la
primera reunión familiar sin ella y aunque sabemos que es la decisión más
correcta, también nos da mucha pena y nos duele dejarla en casa. Sólo esperamos
que estemos en el buen camino y no le estemos fallando.